miércoles, 7 de enero de 2015

EL PROBLEMA DE LAS MIGRACIONES

Capture d’écran 2014-12-30 à 17.15.27El pasado 30 de diciembre de 2014, el general francés Antoine Martínez le escribía una carta abierta al presidente de la República Francesa François Hollande para recordarle la necesidad de que Francia mantenga vivos sus valores seculares, su inspiración cristiana, su legislación proveniente del derecho romano, etc., ante la avalancha de inmigrantes de los últimos años, en su mayoría de cultura islámica, que, lejos de querer aceptar estos valores, tratan de islamizar su nuevo país de acogida. Dice con preocupación Martínez que, a diferencia de los inmigrantes de los años 60 y 70 que se integraron en la cultura francesa en tan solo una generación, la permisividad y el buenismo de los últimos años ha atraído a gente que se ha encerrado en su propia comunidad sin mezclarse, sin aceptar los valores de inspiración europea. Esto está llevando a que alrededor de un 20% de la juventud francesa sea partidaria de un estado islámico francés, cifra que no sorprende que aumente considerablemente en los próximos años si esto continúa así.


Se pregunta Martínez por los cambios legislativos que estas comunidades cerradas propondrán y realizarán en cuanto tengan número suficiente de votantes para hacerlos (la ablación, el velo, el despenalizar el maltrato a la mujer, el perseguir al infiel...). Entre la actitud de algunos políticos contemporáneos, tratando de fabricarse sus propios votantes trayéndolos de fuera, y la situación económica de sus países de partida (situación en muchos casos generada por aplicar una ley islámica antes que una ley civil y civilizada), la situación empieza a ser insostenible. Propugna Martínez un cambio en la Constitución o al menos un referéndum. Y la misma situación se está generando en España, teniendo que soportar cómo un inmigrante ILEGAL, con nueve detenciones en un año por robo, agresiones, etc., sigue campando a sus anchas por nuestro país y asesina tirándole a las vías del metro a un policía nacional. ¿Cuánto tiempo vamos a tener que aguantar este sistema que permite que el simple paso de fronteras te convierte casi en ciudadano?¿Iba a atreverse el tipo éste a tener nueve detenciones en su Mali natal? NO. Sería carne de presidio a la primera. Pero esto se permite, y ahora, tras este asesinato, cuatro o cinco años en la cárcel y a la calle de nuevo.

También España necesita una remodelación en cuanto a extranjería. Una nueva legislación que además de contemplar los problemas sociales de los inmigrantes y las espantosas situaciones de las que escapan, garantice la seguridad en nuestro país, garantice la continuidad de nuestros valores, y no convierta a España en un cajón de sastre para delincuentes y yihadistas venidos de todo el orbe atraídos por nuestra dejadez y nuestro buenismo. Y si no se plantean estos cambios desde el poder establecido, desgraciadamente, la calle los tomará como suyos, y serán el caldo de cultivo perfecto para que surjan grupos extremos y racistas, aprovechándose de la situación. Esto no es cuestión de raza, en absoluto, sino de cultura.

-Fernando Oliva López

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