El pasado 30 de diciembre de 2014, el general francés
Antoine Martínez le escribía una carta abierta al presidente de la República
Francesa François Hollande para recordarle la necesidad de que Francia mantenga
vivos sus valores seculares, su inspiración cristiana, su legislación
proveniente del derecho romano, etc., ante la avalancha de inmigrantes de los
últimos años, en su mayoría de cultura islámica, que, lejos de querer aceptar
estos valores, tratan de islamizar su nuevo país de acogida. Dice con
preocupación Martínez que, a diferencia de los inmigrantes de los años 60 y 70
que se integraron en la cultura francesa en tan solo una generación, la
permisividad y el buenismo de los últimos años ha atraído a gente que se ha
encerrado en su propia comunidad sin mezclarse, sin aceptar los valores de
inspiración europea. Esto está llevando a que alrededor de un 20% de la
juventud francesa sea partidaria de un estado islámico francés, cifra que no
sorprende que aumente considerablemente en los próximos años si esto continúa
así.
Se pregunta Martínez por los cambios legislativos que estas
comunidades cerradas propondrán y realizarán en cuanto tengan número suficiente
de votantes para hacerlos (la ablación, el velo, el despenalizar el maltrato a
la mujer, el perseguir al infiel...). Entre la actitud de algunos políticos
contemporáneos, tratando de fabricarse sus propios votantes trayéndolos de
fuera, y la situación económica de sus países de partida (situación en muchos
casos generada por aplicar una ley islámica antes que una ley civil y
civilizada), la situación empieza a ser insostenible. Propugna Martínez un
cambio en la Constitución o al menos un referéndum. Y la misma situación se
está generando en España, teniendo que soportar cómo un inmigrante ILEGAL, con
nueve detenciones en un año por robo, agresiones, etc., sigue campando a sus
anchas por nuestro país y asesina tirándole a las vías del metro a un policía nacional. ¿Cuánto tiempo vamos a tener que aguantar este sistema que permite que
el simple paso de fronteras te convierte casi en ciudadano?¿Iba a atreverse el
tipo éste a tener nueve detenciones en su Mali natal? NO. Sería carne de presidio a
la primera. Pero esto se permite, y ahora, tras este asesinato, cuatro o cinco
años en la cárcel y a la calle de nuevo.
También España necesita una remodelación en cuanto a
extranjería. Una nueva legislación que además de contemplar los problemas
sociales de los inmigrantes y las espantosas situaciones de las que escapan,
garantice la seguridad en nuestro país, garantice la continuidad de nuestros
valores, y no convierta a España en un cajón de sastre para delincuentes y
yihadistas venidos de todo el orbe atraídos por nuestra dejadez y nuestro
buenismo. Y si no se plantean estos cambios desde el poder establecido,
desgraciadamente, la calle los tomará como suyos, y serán el caldo de cultivo
perfecto para que surjan grupos extremos y racistas, aprovechándose de la situación.
Esto no es cuestión de raza, en absoluto, sino de cultura.
-Fernando Oliva López
-Fernando Oliva López
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